jueves, 20 de marzo de 2008

LA BATALLA DE SALAMINA POLÍTICA, SOCIEDAD y ECONOMÍA, Y ESTADO MORAL DE ATENAS DURANTE LA CONTIENDA




“SERÁS LA RUINA DE TODO HIJO DE MADRE”

INTRODUCCIÓN

Es una de las batallas más importantes de las Guerras Médicas, en concreto la segunda de las guerras entre los griegos y el Imperio Persa. Fue librado en septiembre del 480 a.C. en el estrecho de Salamina, que se encuentra en el golfo sarónico entre la isla de Salamis y Ática.
Los contendientes fueron la flota aliada griega y la flota mercenaria persa: la flota griega estuvo compuesta por naves atenienses, corintios, eginetas, megareos y peloponesios; y la flota persa de fenicios (de Sidón y Tiro), cilicios, jónicos y carios, además de la flota egipcia, que aunque no tomó parte en la batalla, sí fue muy importante en el desarrollo.
Los personajes más importantes en este episodio en concreto son, por parte griega: Temístocles de Atenas; Euribiades, el general espartano al mando de la flota aliada; Adeimanto, al mando de la flota corintia; y Arístides “el Justo”. Por parte de los persas: Jerjes I, Rey de Reyes; Mardonio, su consejero y general; la reina Artemisia de Halicarnaso, almirante de la flota de Caria; y Ariamenes, al mando de la flota persa.

Desarrollo
La victoria persa en las Termópilas ponía Grecia central bajo el control de Xerxes y, en consecuencia, dejaba expedito el camino hacia Ática, por lo que la flota griega anclada frente a Artemisio, en la costa septentrional de la isla de Eubea, se replegó rápidamente para defender los accesos a El Pireo. Entretanto Temístocles había conseguido evacuar Atenas hacia Egina, Trecén y Salamina, porque era inminente la invasión de Ática por el Norte sin que fuera posible oponer resistencia, ya que las fuerzas atenienses habían sido desplazadas a defender la región del Istmo bajo el mando del espartano Cleombroto, hermano de Leónidas. Como estaba previsto Xerxes llegó a Atenas – por tierra – casi al mismo tiempo que su flota alcanzaba el Falero y obligaba a la flota griega a buscar refugio en las costas de Salamina.
El emplazamiento de los aliados tras el promontorio que se aproxima a la pequeña isla de Psistalia obligó a los persas a concentrar sus naves en torno a este islote para cubrir una posible retirada y al mismo tiempo desplazar un escuadrón egipcio al otro lado de la isla para evitar la huida de los griegos por los estrechos que separan Salamina de la Megárida. El refugio de las naves griegas en estos pequeños pasos era peligroso pero evitaba el combate en mar abierto, que hubiera sido favorable a los persas. El plan había sido diseñado meticulosamente por Temístocles, quien convenció al espartano Euribiades, jefe oficial de la flota aliada, de la conveniencia de defender Ática para salvaguardar el Istmo. En tales condiciones la confrontación se saldó con una gran derrota de los persas y la aplastante victoria de la flota ateniense ayudada en Psistalia por un contingente hoplítico al mando de Arístides “el Justo”. Xerxes decidió emprender la retirada con casi la mitad de su ejército hacia el Helesponto mientras que el general Mardonio concentraba el resto para invernar en Tesalia. La derrota persa en Salamina fue decisiva porque la retirada permitió a los griegos reorganizarse en espera de un enfrentamiento definitivo, que al año siguiente tendría por escenarios Beocia y Jonia.

POLÍTICA

El sistema de gobierno ateniense de la batalla durante Salamina era una Democracia. La reforma de la legislación soloniana lo llevó a cabo Clistenes en el 509 a.C. y dirigió una revolución democrática que derrocó la tiranía de Hipias. Estableció el derecho igual para todos los ciudadanos y reorganizó la estructura tribal de la ciudad en 10 tribus urbanos y rurales, conocidos como Erecteis, Egeis, Pandionis, Leontis, Acamantis, Eneis, Cecropis, Hipotoontis, Eantis y Antioquios.
La poderosa asamblea popular formada por todos los ciudadanos se reunía en la colina Pnyx, situada tras la Acrópolis, y de capacidad máxima para 5000 personas.
Pues bien, en el 480 a.C. (29 años después) la Democracia ateniense ya estaba totalmente establecida, y sus políticos ya estaban bien instruidos en el funcionamiento de este tipo de gobierno.
El funcionamiento de este gobierno era el siguiente: La Asamblea se reunían en el Pnyx para escuchar los discursos y votaciones. Se votaba para los distintos jefes de los 10 clanes, el archón militar, el Archón Jefe, los asuntos administrativos, ... y el ostracismo.
El ostracismo era el procedimiento político que permitía desterrar temporalmente a un ciudadano considerado peligroso para el bienestar público. Todos los años la asamblea ateniense votaba a mano alzada si querían aplicar el ostracismo ese año. Si la decisión era afirmativa, dos meses más tarde tenía lugar una votación pública. Cada votante escribía el nombre de la persona a quien deseaba exiliar en un trozo de cerámica (en griego, ostrakon), y siempre que hubiera al menos 6.000 ostraka válidos, la persona tenía que abandonar Atenas antes de diez días y permanecer en el exilio durante diez años. El ostracismo no imponía estigmas permanentes a las víctimas y éstas no perdían las propiedades o los derechos civiles; la persona condenada al ostracismo podía ser perdonada por votación de la asamblea. La ley del ostracismo fue promulgada en Atenas por Clistenes en el 510 a.C., pero fue aplicada por primera vez hacia el 487-485 a.C. contra Hiparco. Esta resolución se tomó tras la condena de Miltiades, el héroe de Maratón, por “defraudar al pueblo de Atenas” al perder su próxima campaña, aunque estuviera herido. Su caso lo llevaron a cabo las grandes familias, por miedo a que se convirtiera en Tirano; pero el pueblo, aunque totalmente de acuerdo con esto, tampoco querían luchas entre facciones como en los antiguos tiempos. Tras el ostracismo de Hiparco (del clan de los Pisistratidos) fueron exiliados miembros de los Alcmeonidas y los Filaidos; nadie estaba a salvo. Bueno, casi nadie.
Temístocles tenía una suerte increíble. Cada año, cuando se iban a las urnas para lanzar los ostraka, vería su nombre salir, pero nunca obtuvo la mayoría; esto se debió a su familiarización con el pueblo y que siempre fue consistente en su oposición a los persas.
Este gran político fue el Archón de Atenas durante la batalla de Maratón, y tras este enfrentamiento mandó una delegación al oráculo de Delfos para recibir una profecía sobre el futuro de Atenas. El oráculo les dijo que tenían que poner su fé en sus “muros de madera”. Muchos creían que significaba construir murallas defensivas de madera alrededor del Acrópolis, pero Temístocles lo interpretó como una flota de barcos de madera, ya que también cita al “Divino Salamis” como el lugar donde había que retirarse, aunque fuera la ruina de todo hijo de madre. La única persona que le llevaba la contraria era el nuevo líder conservador: Arístides “el Justo”.
La rivalidad entre estos dos era clara desde el principio: Arístides representaba a los ricos y terratenientes conservadores, la clase hoplítica; y Temístocles a la progresión. Ambos querían lo mejor para Atenas, sólo que cada uno a su manera: Temístocles por agua y Arístides por tierra.
Al mismo tiempo que ocurriera esto, se descubrió una nueva fuente de plata en las minas del Laurión. Temístocles vio en esto la oportunidad de construir su flota naval. Pero, la tradición dictaba que cuando se encontraba una nueva fuente de plata en el Laurión, se tenía que repartir entre los ciudadanos. Esto fue lo que enfrentó a Temístocles y Arístides por primera vez, y se llegó a la conclusión de que sólo se podía solucionar con un ostracismo. Pero esta vez, sólo había dos candidatos.
Arístides obtuvo la mayoría absoluta de ostrakon, y fue exiliado a Egina. (Hay una anécdota que serviría para explicar porqué Arístides perdió: Durante las votaciones en las urnas, Arístides estaba al lado de uno cuando se le acercó un campesino analfabeto que le pidió que escriba el nombre de Arístides en su trozo de ostrakon. Cuando Arístides le preguntó por qué, el campesino le respondió: Por que estoy harto de que le llamen “el Justo”)
Temístocles ya tenía el camino abierto para su estrategia defensiva. Construyó sus 200 naves, pero en vez de pentekonteros (50 remeros) decidió construir lo último en tecnología naval: el Trireme.
Ahora bien, teniendo ya el liderazgo político-militar ateniense, puso manos a la obra para ser el decisivo en la política defensiva de los Aliados.
Fue a Istmo para discutir con el resto de los líderes griegos. Ahí les convenció de la importancia de unir las fuerzas e intentar combatir los persas en las Termópilas y Artemisio y, para que no hubiera luchas internas, convenció a los almirantes aliados de que el comandante-en-jefe no debe ser ninguno de ellos, sino alguien que no tuviera flota, como Esparta, quienes propusieron a Euribiades.
Pues bien, sólo tenéis que saber que en Artemisio se obtuvo un empate.
Como bien sabemos, tras esta batalla y la de las Termópilas, la flota aliada regresó a Atenas, y amarró en la isla de Salamina. La política ateniense (o de Temístocles) era de mantener la flota ahí para defender Atenas, convenciendo a los aliados de que así era la única forma de derrotar a los persas, ya que en aguas abiertas la ventaja lo tendrían éstos.
Temístocles evacua Atenas hacia Trecen, Egina y Salamis, y llama a todos los atenienses aliados para luchar por su patria, incluyendo Arístides, quien desempeña un papel muy importante en la isla de Pisistalia.
Xerxes entra en Atenas, y lo mandó arrasar. Temístocles manda un esclavo-mensajero, un tal Sicinno, al Rey de Reyes para pedir su protección en el caso de que traicione a sus aliados. Si añadimos esto a la huida de los corintios poco antes de empezar la batalla, podríamos hablar de que lo que Temístocles intentaba era engañar a los persas para luchar en el estrecho de Salamis, donde él sabía que los griegos tenían posibilidad de vencer.
Tras la batalla de Salamina, la política ateniense se dedicó a intentar reconstruir la ciudad y mantener las alianzas con los demás vencedores de Salamina. Para hacer esto, decidieron quitarle el mando de la flota a Temístocles y dárselo a Jantipo, y el mando de las fuerzas militares a Arístides. La política ya era el contrario: no se dedicaría esfuerzos a la marina, no hasta que los espartanos formaran una expedición aliada al norte del Istmo. Así que, Atenas fue evacuada e invadida por segunda vez, esta vez por Mardonio; esto asustó a los peloponesios tanto que decidieron salir a la lucha, y finalmente los aliados se enfrentaron a Mardonio en Platea.

SOCIEDAD y ECONOMÍA

Las clases sociales en Atenas en el momento en que ocurrió la batalla de Salamina se pueden dividir en distintos grupos, dependiendo de su riqueza y procedencia, que también influía en su estatus militar.
El estatus militar se decide de la siguiente manera:
Los Hippeis, que tenían dinero suficiente para obtener un caballo y normalmente eran los oficiales. Luego están los Hoplitas, que no tenían suficiente riqueza para un caballo, pero sí suficiente para la armadura pesada de este tipo de soldado. También están los que no tenían suficiente riqueza para armadura, los thetes. Estos eran la infantería ligera, y el Estado se ocupaba de armarles.
En el Atenas postmaratón, la clase hoplítica era la que tenía el mayor peso político, y al ser la que venció a los persas por tierra, era la más difícil de convencer para luchar en los barcos.
En general existen los ciudadanos varónes, las mujeres y los esclavos o metecos, los extranjeros y los niños.
A los 30 años el ciudadano ateniense podía tomar parte en la política y ejercer cargos públicos; podía acudir al Pnyx como todos los demás.
En cuanto a las mujeres, poco. O sea, sabemos mucho, pero tuvieron pocos derechos. Estaban por encima de los esclavos en lo social, pero tuvieron los mismos derechos políticos. No podían tomar parte en la política, ni tener propiedad privada. Regían las tareas domésticas, pero no podían ser vistas en público a solas. Según Hypereides, “La mujer que sale de su casa sola debe de ser de tal edad que cuando los hombres se encuentren con ella, la pregunta no es ¿quién es su marido? sino ¿quién es su hijo?” La esposa era una vergüenza para el ciudadano que quería ejercer cargos públicos, aunque el matrimonio era algo obligatorio para el político ateniense.
El matrimonio no era entre el hombre y la mujer, sino una transacción entre padre de la esposa y yerno, donde el hombre accede a tomar cargo de la mujer a cambio de un “dote”.
Las mujeres eran educadas en casa por sus familiares y las esclavas domésticas, y sólo en las tareas domésticas. Un hombre culto no podía esperar conversación inteligente cuando volviera a casa, que es exactamente lo que él quería.
En cuanto a cambios sociales por Salamina, el principal se llevó a cabo por la necesidad de marineros para la nueva flota naval. Hoplitas, artesanos, algunos esclavos, hasta los extranjeros, todos tuvieron que coger los remos, ya que Atenas no tenía dinero suficiente para contratar marineros profesionales. A diferencia de Corinto o Megara, Atenas no fue marítimo. Los ciudadanos tuvieron que entrenar diariamente, con la sombra de la invasión persa a sus espaldas. En las naves no hubo diferencia militar: todos eran marineros. Salvo el “trierarca” o capitán, el ciudadano rico que costeaba los “extras” de su nave (alimentación, armas, etc.)
Tras la batalla, se volvió a las divisiones sociales tradicionales.
En cuanto a Economía, no voy a hablar sobre la agricultura ni toda la artesanía, ni tampoco las exportaciones e importaciones. Pienso dedicarme a los tres objetos fundamentales de la economía ateniense que influenciaron la batalla de Salamina: la Cerámica, la Prostitución y la Plata.
La producción cerámica de Atenas fue importantísima en el mundo helénico, tanto por su calidad como por su cantidad. Esto causó que Atenas y los ceramistas se enriquecieron tanto que Atenas empezó a tener peso en la política internacional. Los ceramistas, con su nueva riqueza, construyeron grandes casas en el barrio del Cerámico. Pero los humos nocivos que causaban las forjas les obligó a mudarse a barrios más respetables. La cantidad de forjas echando humos nocivos en el Cerámico hacía que éste sea un lugar indeseable para vivir: esto causa que los precios de las viviendas cayeran en picado, lo que permitió que se llenara de indeseables (para las zonas más ricas, obviamente), como las tabernas y las prostitutas, dándole a la zona su fama de notoriedad.
La Prostitución floreció en todos los niveles de la sociedad. Las prostitutas del nivel inferior trabajaban en burdeles legales (gracias a Solón) y tenían que llevar una vestimenta especial como símbolo de su profesión y las del nivel medio solían ser hábiles bailarinas y cantantes. Las prostitutas del nivel superior (hetairas) se reunían en salones con los políticos y podían llegar a alcanzar poder e influencia. A diferencia de las mujeres cotidianas, las prostitutas podían pasear por las calles. Por esta razón los hombres más conservadores de Atenas se escandalizaron al ver a sus mujeres corriendo por las calles hacia los puertos del Pireo y Falero para escapar al persa.
En cuanto la plata, una de las fuentes de ingresos más comunes para Atenas fueron las minas del Laurión. Desde hace muchos años los metecos atenienses sacaban la plata de estas minas para el uso y disfrute de los ciudadanos con derechos. Pues bien, los planes de Temístocles para construir una flota guerrera para Atenas nunca se hubieran cumplido si no fuera por el descubrimiento de un nuevo filón de plata en estas minas.

ESTADO MORAL

Es difícil hablar sobre lo que pensaba una civilización anterior a la nuestra; obviamente tendrían una serie de valores distintos a las nuestras. Lo más cercano que podemos llegar a su mentalidad es a través de sus contemporáneos que escribían sobre estos temas, como Esquilo o Herodóto. Pero también hay que tener en cuenta las traducciones a nuestro idioma, las muchos transcripciones y resúmenes hechos por autores posteriores, etc. porque a veces meten su escala de valores en tópicos que desconocen o simplemente no entienden. He intentado ser lo más objetivo posible en mis investigaciones, pero es difícil cuando ves alguna similitud entre los hechos de la batalla de Salamina y hechos semi-contemporáneos de nuestra sociedad. Por ejemplo, se puede comparar el efecto moral que tuvo la evacuación de Atenas a la evacuación de los niños londinenses al campo en la WW2, o el tener que luchar desde un último trozo de piedra contra el invasor que ha tomado casi toda su patria, a las Cortes de Cádiz.
Además, está el problema del pensamiento de los distintos grupos:
He decidido hablar en general, así tardaré menos.
Para poder valorar la mentalidad de este momento, hay que dividirlo en 3 apartados: Antes, Durante, y Después.
Antes. Imaginad que vivís en Atenas durante la década entre la batalla de Maratón y Salamina (490-480 a.C.) Constantemente estáis mirando por encima de vuestro hombro a la sombra de la invasión persa. Va a venir, pero ¿cuándo? Muchos (los hoplítas) creen que ya no va a venir, pero después de ensangrentar a la nariz del emperador persa, ¿creís que no habrán repercusiones?
No os fiáis mucho de Temístocles, el político que habla sobre construir una flota naval para defender vuestra polis. ¿Por qué en el mar? Si acabáis de vencer al mede en el campo de Maratón! Si hay que defender a la Ática, ¿no sería mejor por tierra?
El miedo a los persas en tan grave que se condena al ostracismo cualquiera que “simpatiza” con el imperio médica. Hay que ser continuo en la aversión al persa, como Temístocles y Arístides.
Hubo un momento de esperanza gracias a Arístides “el Justo” que defendía la lucha terrestre contra el marítimo de Temístocles. Los atenienses no son de mar; la única razón por construir una flota, a sus ojos, fue para defenderse de los piratas eginetas, y no por el oráculo de Delfos, que dejó a la población un poco perpleja.
Tras esto, hubo un fervor para lo marítimo. Las causas son claras: los atenienses ya tenían una estrategia; concedo que no era la que querían, pero eso no importa, ya sabían lo que tenían que hacer. Ya se podían preparar para la invasión persa. Por la falta de marineros profesionales, los ciudadanos se entrenaban desde el amanecer hasta la puesta del sol en los bancos de remos; no importaba el estatus social, estaban unidos por la necesidad de defender su patria. Incluso los esclavos y extranjeros ayudaron: la causa mayor era más importante; no sólo defendían la Ática, sino toda Grecia.
Pues bien, tras Artemisión y las Termópilas, hubo sentimientos mixtos. La flota aliada no ha derrotado a la flota persa, pero tampoco ha sido vencido, lo que es bueno para la moral. Lo que fue malo era la derrota de Leonidas y los 300 en las Termópilas; la Ática ya estaba abierto al invasor, y las únicas tropas atenienses estaban designados al Istmo de Corinto. Surge el Pánico.
Vuelve la flota aliada a Atenas un par de días antes que la flota persa, y Temístocles pone manos a la obra para la EVACUACIÓN. Había ya hecho planes para evacuar la población a Trecén y Egina, y los últimos (incluidos los jefes militares) se quedarían en la isla de Salamina para supervisar la batalla. En Trecén por ejemplo, habían ya preparado el terreno para dar la bienvenida a los refugiados, como por ejemplo educación estatal para los niños, un sueldo para las familias cuyos hombres estaban luchando, y una ciudad hecha de tiendas de campaña en las afueras. Pero eso daba igual, el efecto psicológico en los atenienses de dejar su patria era inmenso.
Tengamos en cuenta el trato diario de las mujeres atenienses. Primera regla era que no podían salir a la calle solas. Pues bien, durante la evacuación, las mujeres respetables de Atenas estaban corriendo como locas con sus familias hacia los puertos del Pireo y Falero para escapar. Esta escena tuvo tal efecto en las mentes conservadoras atenienses que se negaron a dejar a sus mujeres participar, y se refugiaron en el Acrópolis, donde habían construido su versión de la “muralla de madera”, cruzando la rampa que subía hasta la cima. El santuario religioso de la ciudad era donde se encontraba la estatua de la divinidad protectora de Atenas, la Atenea Polias. Pero hubo otro dios protegiendo Atenas, uno que había luchado con Atenea por los derechos de protección de la ciudad: Poseidón, dios del océano. Esto no detuvo a Xerxes, que mandó destruir el recinto sagrado junto con todo Atenas en un hecho que resultó desmoralizador para los evacuados, que podían ver el humo desde sus lugares de refugio. Xerxes destruyó el Acrópolis, con sus falsos dioses, para aplacar al único dios, Ahura Mazda, y así librarse el mundo de la Mentira.
Durante. Ya estando Atenas evacuado, y los atenienses temiendo lo peor, podemos centrarnos en la mentalidad de los hombres que iban a luchar. A pesar de la experiencia adquirido en Artemisión, la única persona que creía que podían ganar a la flota persa en el estrecho de Salamina fue Temístocles. Los demás almirantes tenían miedo a perder y no tener un lugar a donde retirarse, al estar muy lejos de sus propias patrias: querían defender el Istmo. Finalmente Temístocles les convenció que era mejor quedarse y luchar en el estrecho que en agua abierta cerca del Istmo.
En cuanto a los hombres en las naves, depende de la patria. Los atenienses sólo querían defender su tierra, no les importaba como. Y si morían en el intento, morirían por algo importante. Pero el sentimiento de todos, incluso los persas, es la misma que tienen todos los soldados en los momentos antes de la batalla: aterrorizados.
Durante la batalla, el estado moral tiende a cambiar: empieza con el miedo, pero rápidamente se meten en ese lugar rojo donde van todos los soldados durante la lucha. Después los sentimientos son muchos y diversos: hay el alivio de estar vivo y ganando, el dolor por estar herido, el miedo a darse cuenta de que se está perdiendo.
Después. Victoria. Los persas han sido vencidos y se retiran. El estado mental creo que no es tanto la felicidad de haber ganado, sino el alivio de haber sobrevivido. Pero ahora vienen las repercusiones: poco a poco los atenienses van volviendo a sus casas, o lo que quedan de ellos. Los persas lo han arrasado todo, incluyendo el Acrópolis, lo que probablemente era el golpe más doloroso para los atenienses. Mientras Temístocles está siendo tratado como un héroe vencedor en Esparta, sus compatriotas están pasando frío en el casco negro y hueco de su polis. Creo que por eso los atenienses deciden exiliarlo por ostracismo. Pero sí hay algo bueno en todo esto: los griegos ya saben que pueden con el invasor persa. Ya no tienen tanto miedo.

BIBLIOGRAFÍA

BRAVO, G. Historia del mundo antiguo: Una introducción crítica. Madrid, 2002. Ed. Alianza.
Imprescindible este manual.
ESQUILO. Tragedias Completas. Project Gutenberg, 2005.
En concreto Los persas.
GÓMEZ MASÍA, R. Temísctocles en Salamina. (Nale Roxio, C. La cola de la sirena; Dragún, O. Los de la mesa 10) Buenos Aires, 1968. C.E.A.L.
Uno de los 3 obras que componen este libro.
GALLEGO, J. La democracia en tiempos de tragedia: asamblea ateniense y subjetividad política. Madrid, 2003. Ed. Miño y Davilá.
HOLLAND, T. Persian Fire. Londres, 2005. Ed. Little, Brown.
El segundo libro del autor de Rubicón; mi favorito.
HERÓDOTO. Historia, Libro VIII (Urania). Ed. elaleph.com, 2000.
Sin la cual no se puede ni empezar a hablar sobre Salamina.
MARTOS, D. Los Atenienses. Buenos Aires, 2004. Ed. Virtual.
PLUTARCO. Temístocles-Camilo. Madrid, 1996. Ed. Gredos.
Obra perteneciente a sus Vidas paralelas.
STEARNS DAVIS, W. A day in old Athens. Project Gutenberg, 2003.
Describe la vida cotidiana de Atenas en el 360 a.C.
STEARNS DAVIS, W. A Victor of Salamis. A tale of the days of Xerxes, Leonidas and Themistocles. Lóndres, 1907. Ed. Norwood.
STRAUSS, B. La batalla de Salamina. El mayor combate naval de la Antigüedad (trad. Ignacio Alonso). Barcelona, 2006. Ed. Áurea.

Otras fuentes
GOMA, D. “Las campañas militares” en: Historia y Vida, revista mensual, 458, Barcelona, 2006, pg.46.
ENCICLOPEDIA ENCARTA 2006
INTERNET
§ Foro de Historia Antigua en MSN Grupos de Discusión
§ Páginas en Español
http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Salamina
http://www.artehistoria.com/historia/contextos/424.htm
http://www.oya-es.net/reportajes/termopilas.htm
§ Páginas en Inglés
http://www.answers.com/topic/battle-of-salamis
http://www.herodotuswebsite.co.uk/salamis.htm
http://www.livius.org/a/battlefields/salamis/salamis.html
http://darkwing.uoregon.edu/~klio/city/02-AthenianLife.htm
http://www.museum.upenn.edu/Greek_World/Index.html

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